Humanización de los cuidados intensivos

Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) han hecho un trabajo excepcional desde que se crearon, proporcionando esperanza y oportunidad a quienes morían principalmente a causa de la epidemia de poliomielitis en los años 50. Desde entonces, personas con diversas patologías de gravedad comenzaron a ser atendidas en estas complejas unidades. El desarrollo de la especialidad y de la tecnología han permitido la disminución de la mortalidad, y hoy quienes ingresan a estas unidades, tienen altas probabilidades de sobrevivir. Sin embargo, el avance tecnológico alcanzado en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades no ha ido de la mano con el avance en el desarrollo de habilidades no técnicas en el equipo de salud, esto último exigido y adolecido por los pacientes y familiares, quienes anhelan una atención integral, más aún en el contexto de crisis que significa la hospitalización en una UCI.