El autor defiende que la herramienta fundamental para humanizar la sanidad es la «escucha activa» de los profesionales a los protagonistas: pacientes y asociaciones de pacientes, y destaca la importancia de la opinión y la experiencia de los familiares, que en gran parte se convierten en los verdaderos cuidadores de los enfermos, así como la de los profesionales. En cualquier caso, no resulta fácil humanizar la asistencia, pues no basta con la voluntad de prestar un servicio de calidad, sino que sería fundamental un nuevo replanteamiento y organización para conseguirlo. La atención humanizada sería, probablemente, el primer paso para alcanzar el éxito y la calidad asistencial en un servicio de salud, donde los pacientes, en esta nueva era, quieren y desean tener un nuevo protagonismo |