A lo largo de la historia, la prestación sanitaria ha atravesado distintas etapas. Hasta finales del siglo XIX, son escasos los medios diagnósticos y terapéuticos para tratar de curar a los pacientes. Entonces, el descubrimiento de los rayos X, los antibióticos, las transfusiones o la anestesia modifican el foco de la mirada hacia la prueba y no hacia el enfermo. Se inicia la etapa en la que asistimos a lo que podemos llamar “la cosificación de la persona”. Pero la atención sanitaria no puede desligarse de la humanización, porque no hay nada más humano que curar, cuidar y acompañar. La humanización va en el ADN de los profesionales sanitarios, da sentido y fundamento a su trabajo. El avance de las competencias científico-técnicas no mata a las competencias emocionales de los profesionales sanitarios y el modelo de atención sanitaria se reformula. La preocupación por humanizar vuelve. |